La película We Need To Talk About Kevin (Tenemos que hablar de Kevin), de 2011, es un material visual crudo, pero dramáticamente didáctico, que alerta a los padres sobre los peligros de la ausencia de educación y amor que se le debe proporcionar a un niño que no conoce los límites.
La cinta de BBC Films, basada en la novela homónima de la estadunidense Lionel Shriver, es un retrato de un niño sin empatía afectiva y con urgencia de atención de parte de sus padres, con una madre que lo ignora y un padre que le compra todo lo que pide sin tener que molestarse por hacer nada a cambio.
El filme británico-estadunidense fue estrenado en el Festival de Cannes de 2011 donde fue elogiado por los críticos de cine, con dirección de la escocesa Lynne Ramsay, siendo protagonizado por Tilda Swinton, como la madre Eva Khatchadourian -cuyo papel le valió una nominación al Globo de Oro-, John C. Reilly, como el papá Franklin y Jasper Newell y Rock Duer, ambos en el rol de Kevin, de los 6 y 8 años a la adolescencia, respectivamente.
La historia gira en torno a la visión actual de la madre Eva, una otrora exitosa escritora de viajes convertida en una frustrada empleada de una agencia de viajes de un centro comercial de un pueblo, donde trabaja para estar cerca de la prisión donde purga su condena el adolescente Kevin.
En un recuento onírico de su vida, Eva tiene un viaje retrospectivo hacia la pesadilla en que se convirtió su existencia con un hijo no deseado, y el cual se asume como tal, que a la postre se convertirá en un sicópata que arruina la vida de sus compañeros de escuela, de los padres ajenos y propios y la suya misma.